«Vamos, progres... ¡Alegradme el día!»
La imagen de la derecha es un motivo para una camiseta, de la época de las últimas elecciones presidenciales de EE. UU. Parece algo exageradillo y violentillo, ¿no? Pues al paso que va el mundo, y quiénes lo dirigen, me temo que pronto va a ser que no, porque parecen empeñados en liquidarnos a unos cuantos, aunque eso sí: siempre por nuestro bien y el de la sociedad. Comentaba con sorna y acierto un blogger en «Hay prisa por matar»:
«Qué progresista y adelantado a su época fue ese gran filántropo de la humanidad llamado Adolf Hitler, y su doctor Brandt, promotor del plan de eutanasia terapéutica.
»Qué visionarios los nazis, que a pesar de haber utilizado después sus métodos de exterminio con una minoría racial (en una lamentable desviación de su programa original), al principio los usaron con quienes corresponde: minusválidos, personas con síndrome de Down, ancianos.
»Un lema sublime para estos gobiernos progresistas: “Una vida que no merece ser vivida”. Lo inventó ese otro gran filántropo, Joseph Goebbels».